Perdido en lo más profundo de ti

Adoro toda parte de tu cuerpo,
desde tu último pelo
hasta el dedo meñique de tu pie.

Porque contigo me pierdo,
pero más quisiera perderme en tu piel.
Eres como un inmenso océano,
en el que yo no soy más que un mero espectador.
Que con temor; escucha desde la lejanía
el ida y venida de la marea.

Con temor desde la lejanía
por miedo a acercarme,
acercarme lo suficiente
para mirar tus ojos
y en tu mirada ahogarme.

Ese sería el punto de no retorno,
en los cuales me perdería
como si de un laberinto se tratase.


Una vez ocurrido esto,
tendría claro que
a vivir en ellos me quedaría.

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